Las residencias de personas mayores

Una residencia para personas mayores, también llamada centro residencial o residencia geriátrica, es un establecimiento para personas mayores en el que viven de forma permanente o temporal y, en la mayoría de los casos, con un determinado grado de dependencia. Es la estructura más adaptada para acoger a aquellos mayores con una importante pérdida de autonomía física o cognitiva. La residencia ofrece un entorno vital seguro a las personas mayores que ya no pueden quedarse en casa.

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Establecimientos regulados para personas mayores dependientes

Todos los establecimientos tienen la misma vocación: acompañar a la persona mayor en las tareas asistenciales y en el mantenimiento de la autonomía.
Las residencias en España son competencia de las comunidades autónomas. Cada región se encarga del registro y de la inspección de calidad de los centros residenciales.

¿Quién gestiona las residencias?

Es preciso saber que existen tres tipos de residencias: las públicas, las concertadas y las privadas.

 

  • Las residencias públicas están bajo la autoridad de la asistencia pública, del centro de acción social o de un centro hospitalario. Este tipo de plaza se concede sobre todo a personas mayores con bajos ingresos y que han sido declaradas como dependientes mediante el baremo de valoración de la ley de dependencia.
  • Las residencias concertadas las gestionan entidades privadas que tienen un acuerdo de colaboración con la administración pública. La persona mayor recibirá un importe acorde a su nivel de dependencia y sus ingresos económicos.
  • En las residencias privadas, el pago corre en su totalidad del bolsillo del residente, por lo que la persona mayor podrá elegir la residencia que mejor le convenga.
Ahora bien, no es tarea fácil conseguir una plaza en una residencia pública debido a las largas listas de espera. Además, también debe tener en cuenta que, al principio, es probable que la persona mayor no pueda elegir el establecimiento. En caso de que haya una larga lista de espera o frente a la imposibilidad de quedarse sola en casa, puede solicitar la Prestación Económica Vinculada al Servicio (PEVS) mediante la ley de dependencia para facilitar el pago de una plaza concertada o privada de forma temporal o definitiva en ambos establecimientos, si sus ingresos lo permiten.

 

Vivir en una residencia, una atención integral

El acompañamiento de la persona mayor es integral, dado que incluye la vida cotidiana y los cuidados, ya que las personas mayores que viven en residencias son dependientes, así que la calidad de los cuidados es primordial. La persona mayor que no tenga ningún problema de salud física o de deterioro cognitivo también puede ingresar en dichos centros, pero debe ser consciente de que todos sus ámbitos vitales estarán dirigidos y programados; por lo tanto, le priva de organizar por su cuenta su día a día.
En España, dependiendo de la comunidad autónoma, no es obligatoria la presencia de un médico. Sin embargo, la pandemia de la COVID-19 ha dejado claro que hace falta adaptar el modelo de las residencias en todo el territorio nacional.  

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El personal cuidador es un equipo multidisciplinar de profesionales de enfermería, psicología y trabajo social, auxiliares de enfermería, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales.
Si bien el personal de atención directa (personal cuidador) a cargo de la residencia es importante para los residentes, también lo es el personal administrativo, de animación y de restauración. Estas personas representan el tejido social de las personas mayores. Es fundamental para los residentes poder divertirse, compartir momentos de convivencia, disfrutar de las comidas, etc.
Algunos de los establecimientos también recurren a voluntarios o colaboran con entidades externas, como colegios, para mantener el vínculo con el mundo exterior y con otras generaciones.

¿Cómo es una residencia?

Una residencia puede presentar características bien diferentes:

  • La ubicación: podemos encontrar residencias en el centro de la ciudad, en zonas residenciales o en zonas rurales. Algunas residencias cuentan con un jardín, incluso parques de verdad, mientras que otras forman parte de grandes urbanizaciones y apenas disponen de un patio.
  • Los edificios: aquí también encontramos una gran diversidad, con edificios antiguos que se han renovado, residencias completamente nuevas con una arquitectura moderna o estructuras de aspecto más clásico que recuerdan a un hospital.
  • Capacidad de acogida: la capacidad máxima es de 180 personas, teniendo en cuenta que las residencias más grandes suelen ser las públicas.

Las residencias para personas mayores son, ante todo, lugares de vida que se organizan alrededor de zonas comunes como salones, salas de entretenimiento, comedores, capillas, etc. En algunos centros residenciales más grandes incluso podemos encontrar piscinas climatizadas. Los residentes pueden elegir habitaciones privadas o dobles con baños adaptados.
La tendencia es ofrecer espacios acogedores para que los residentes se sientan como en casa. La mayoría de las veces es posible llevar objetos personales e incluso muebles pequeños. Algunas residencias de mayores recrean un ámbito de vida familiar para las personas mayores, desde el punto de vista del estilo del mobiliario y de la decoración de las zonas comunes.

 

Las residencias, una solución frente al Alzheimer

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Son muchas las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer o un deterioro cognitivo que siguen viviendo en casa y reciben ayuda de cuidadores para asistirlos en el día a día. Cuando la situación empeora, la atención ya no es suficiente ni segura. Por lo tanto, el ingreso en una residencia es una buena alternativa.
Existen soluciones en las residencias según el grado de pérdida de autonomía. Algunas cuentan con varias unidades de vida acordes a las necesidades físicas, psíquicas y emocionales de las personas mayores. En los mejores casos, podemos encontrar hasta tres unidades de vida: personas mayores autónomas, grandes asistidos y personas con alzhéimer y otras demencias.

Diferencias de precio según las residencias

En 2021, el precio medio de una residencia privada en España era de 1830 € al mes (IVA no incluido). Las tarifas pueden subir rápidamente en las residencias al proponer a menudo prestaciones de mejor categoría incluso de alta gama (decoración cuidada, animación variada, etc.) El alojamiento factura aparte servicios como lavandería, televisión o teléfono. Por regla general y sin olvidar la cláusula de actualización por el IPC, el precio es el mismo durante toda la estancia de la persona mayor. Si se incrementa, puede ser porque, con el tiempo, la persona necesite una mayor asistencia.
El nivel de prestaciones varía mucho de un establecimiento a otro y, generalmente, lo hace en función de la tarifa de alojamiento. Pero cuidado, esto no significa que una tarifa elevada sea garantía de calidad y viceversa. Podemos encontrar residencias para personas mayores con una decoración un poco anticuada, pero donde se vive bien gracias a un ambiente acogedor, y residencias modernas de lujo con ambiente un poco frío.