Viviendas compartidas

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Compartir piso no solo es para estudiantes. Este tipo de alojamiento está en constante evolución y también está pensado para las personas mayores (seniors). Está claro que las pensiones ya no permiten el mismo nivel de vida, el aislamiento favorece retraerse en uno mismo, la inseguridad favorece las enfermedades psicosomáticas, etc. Todas son buenas razones para contemplar una vivienda compartida entre seniors.

¿Qué motivos tienen las personas mayores para mudarse a una vivienda compartida?

Las razones las más comunes son:

• El coste de los inmuebles en las ciudades frente a la bajada del poder adquisitivo de los pensionistas. Esta solución le permite seguir en su entorno familiar sin incurrir en problemas económicos.

• Ahorrar en alojamiento permite darse pequeños caprichos como irse de viaje o salir a restaurantes, por no hablar de disfrutar de un alojamiento más amplio al que no podrían acceder por su cuenta.

• Romper con la soledad porque comparte la rutina diaria, las comidas y el ocio con los compañeros de piso. El hecho de estar juntos y ser de una generación similar genera un vínculo y favorece una salud mental buena y fuerte.

•  Compartir servicios como la ayuda a domicilio, la ayuda de cuidados o las compras, al igual que gastos como el alquiler, el agua o la calefacción.

• Seguir siendo libre para elegir el ritmo de vida que quiere llevar, sus horarios o su alimentación.

• Si pierde de autonomía, se percibe de otra manera, con más tranquilidad. Además, según el grado de dependencia, el vínculo entre compañeros de piso trae consigo un sentimiento de solidaridad.

¿Es fácil encontrar una vivienda compartida?

La iniciativa de la vivienda compartida entre seniors viene de Alemania. Este concepto se está dando a conocer en España y empieza a multiplicarse. Esta forma de vivienda es más común en ciudades que en las zonas rurales. Quienes más disfrutan de este tipo de alojamiento son los habitantes de las grandes ciudades. Son varias las comunidades que han puesto en marcha un programa de estas características. El objetivo es promover y facilitar el contacto entre las personas mayores interesadas en compartir vivienda y gastos con personas de la misma edad

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Como ejemplo, en la Comunidad de Madrid, toda persona mayor de 65 años, autónoma e independiente para hacer las tareas diarias que lleve al menos un año viviendo en la región puede acceder al «Programa de Viviendas Compartidas para personas mayores de 65 años».

También podemos encontrar iniciativas de otras entidades, desde asociaciones que ayudan a encontrar este tipo de alojamiento a fundaciones que alquilan los pisos compartidos. En este caso, las personas mayores pagan un alquiler en función de su nivel de renta y comparten los gastos de suministros entre todos los compañeros de piso. Cada semana, la fundación supervisa la convivencia y el bienestar de los residentes.